lunes, 5 de julio de 2010

Estupidas vacaciones

Es lo peor, te das cuenta de que llevas muchísimo tiempo centrando tu vida en algo que carece de total sentido. Pero al cabo de los segundos, llegas a la conclusión de que te da vida, de que en realidad necesitas centrar tu vida en algo, necesitas tener un objetivo. Y con los objetivos, ya sabemos lo que pasa… ¿Cuánto más inalcanzables más atractivos? No. Cuanto más atractivos más inalcanzables.

Y esa es la razón de que odie tanto el verano; para mí, carece de objetivos. El verano no es más que un puñado de meses en los que la gente espera desconectar pero que irónicamente es la época del año en la que más desastres ocurren (y entendamos “desastres” es su sentido más amplio: accidentes, separaciones, discusiones, desastres meteorológicos…). Y todo ¿Por qué? Porque la gente no tiene un objetivo más allá de simple y banal disfrute insulso de sus vidas.

Con lo cual, aquí una servidora, va a evitar seguir al rebaño y dejarse llevar por los tópicos veraniegos de desamores playeros y tiempo perdido sin sentido. Desde hoy mismo y hasta agosto (mes en el que me mude) me voy a dedicar a mí. Y dedicarme a mí, significa que voy a centrar mi vida en escribir, pintar, leer, hacer deporte y tocar la guitarra.



Aún así, en agosto retomaré inevitablemente mis antiguos objetivos. 


Son los que me dan vida…

0 críticas destructivas: