Acabo de estar leyendo, hace unos cinco minutos, un articulo en uno de esos blogs que te “deja” El País publicar en su web, supongo que tras comprobar que tienes algo de “arte”.
He de reconocer que tenía ganas de escribir algo pero no sabía el que. Asique, como normalmente la inspiración viene leyendo el periódico, y hoy no tengo periódico (aún), he pensado en visitar la web de El País en busca de inspiración.
No me he encontrado con tal fenómeno, pero al menos he leído algo interesante.
Este articulo habla sobre el impacto ecológico que supone la ingesta de carne diariamente.
Lo siento, algún día os tendría que tocar escuchar mis charlas sobre ecologismo y notar que os estoy intentando convencer de algo que no os habíais planteado en la vida.
Obviando el sufrimiento animal que conlleva el matar un ser vivo para comérselo, no sé si sabréis que el ganado es una de las mayores causas de pérdida de fauna y flora en el mundo. Esto se debe a que, como animales que son, comen y “defecan”.
¿Qué efectos tiene que coman? (Y no es que coman, que todos lo hacemos, es que… comen mucho) Una ganadería es capaz de ingerir hectáreas de pasto (no el mismo día, claro), así como cualquier tipo de planta que se tope en su camino. Esto provoca una perdida importantísima de flora.
¿Qué efectos tiene que defequen? Pues, estos animales son unos de los principales emisores de CH4 en el mundo. Representan un 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero, según he podido leer en este articulo.
Y ahora estaréis pensando: “Avril, pero ¿tú no defendías a los animales?, parece que los quisieras matar por ser culpables de los desastres medioambientales.”. Y efectivamente los defiendo.
La solución sería, en mi opinión, disminuir la producción de ganado. Y para ello, sería necesario disminuir también el consumo. (Ley de la oferta y la demanda)
Y aquí es donde os empiezo a “soltar la charla”.
¿Vosotros sabéis lo que os estáis metiendo en el cuerpo?
Entre otras cosas, como hormonas y demás químicos, proteínas en exceso. Un hombre de una edad entre 20 y 39 años debería ingerir 54 gramos de proteínas diarias y una mujer de la misma edad 41 gramos. ¿Cuánto ingiere un español de media? 93, 5 gramos de proteínas. Esto es casi el doble de lo necesario.
Se propone por lo tanto, renunciar al menos a la carne una vez por semana.
Yo os propongo algo mejor, o quizás más radical (ya me conocéis…). Probad a estar al menos un mes sin comer carne. Al cabo del mes, analizad como os sentís. Aparte de posiblemente más débiles si no habéis sustituido correctamente las fuentes de proteínas (¡hacedlo!), os daréis cuenta de que os ponéis enfermos en muchísimas menos ocasiones, os sentís con más vitalidad, etc.… Y además, si sois al menos un poco éticos, os daréis cuenta de que habéis contribuido a salvar a seres vivos iguales que vosotros de una muerte segura y además habéis contribuido también a una pequeña mejora del medio ambiente.
No os diré más, que no os quiero aburrir. Esta habrá sido sin duda la entrada más aburrida escrita por mí que habéis leído. Quizás también la peor escrita. Pero, como ya os he dicho al principio, nadie se libra de esta charla ;)
Pensároslo, por favor. Os aseguro que no cuesta nada dejar de ingerir carne animal y se contribuye muy positivamente con los animales y el medio ambiente.
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